lunes, 6 de febrero de 2017

Graciela Iturbide

Retengo en imágenes los encuentros casuales externos y las finalidades internas. Busco atrapar la vida en la realidad que me rodea, recordando que mis sueños, mis símbolos y mi imaginación son parte de esa vida. Busco descubrir mi propia nostalgia en los seres humanos.

Graciela Iturbide

Pocas veces una fotografía te puede impactar tanto como aquellas que ha hecho Graciela Iturbide, te llevan a un mundo cotidiano lleno de magia, te provocan que tus ojos no puedan dejar de ver cada detalle en su fotografía, escenas comunes de la vida diaria en México que claramente llevan consigo el misterio de lo espiritual, la naturaleza del ser humano.






Graciela Iturbide es considerada la fotógrafa más importante de Latinoamérica de las últimas cuatro décadas y con eso ha dejado un legado lleno de símbolos y como ella misma lo dice “de sus obsesiones”.
Iturbide comenzó su carrera artística queriendo ser escritora, por lo que decidió que podría escribir guiones, de esta manera empieza sus estudios  en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, es ahí donde conoce a Manuel Álvarez Bravo, quien se convertiría en su mentor. Graciela viajo a Juchitlan donde inmortalizaría la vida de las mujeres zapotecas, sus tradiciones, su forma de ver las cosas, es como haría su famosa fotografía “la mujer de las iguanas”, fotografía que se convertiría en un símbolo popular, el trabajo que ella hizo refleja la fuerza y la tradición de la mujer Zapoteca.





Dentro de sus trabajos hay varias obsesiones, en una época de su vida se obsesiono con fotografiar angelitos muertos, buscando en su mismo dolor y tratando de superar la muerte de su propia hija, fue cuando en un panteón de Dolores Hidalgo se cruzó con el señor de la muerte, el cual la impacto tanto que decidió dejar de tomar fotos de angelitos y fue cuando decidió concentrarse en los pájaros, “los pájaros de la vida”,  los pájaros de San Juan de la Cruz. 




Las Emociones, sus emociones también ha sido tema de su obra, otra de sus grandes obsesiones, tiene una importante colección de sus autorretratos, llenos de realismo mágico, fotos que le sirvieron como un proceso para entender sus estados emocionales.  



Sin duda la obra de Graciela Iturbide esta llena de su propio ser y nos lleva su mundo emocional lleno de realismo mágico. 

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