Retengo en imágenes los encuentros casuales externos y las finalidades internas. Busco atrapar la vida en la realidad que me rodea, recordando que mis sueños, mis símbolos y mi imaginación son parte de esa vida. Busco descubrir mi propia nostalgia en los seres humanos.
Graciela Iturbide
Pocas veces una fotografía te
puede impactar tanto como aquellas que ha hecho Graciela Iturbide, te llevan a
un mundo cotidiano lleno de magia, te provocan que tus ojos no puedan dejar de
ver cada detalle en su fotografía, escenas comunes de la vida diaria en México
que claramente llevan consigo el misterio de lo espiritual, la naturaleza del
ser humano.
Graciela Iturbide es considerada
la fotógrafa más importante de Latinoamérica de las últimas cuatro décadas y
con eso ha dejado un legado lleno de símbolos y como ella misma lo dice “de sus
obsesiones”.
Iturbide comenzó su carrera artística
queriendo ser escritora, por lo que decidió que podría escribir guiones, de esta
manera empieza sus estudios en el Centro
Universitario de Estudios Cinematográficos, es ahí donde conoce a Manuel
Álvarez Bravo, quien se convertiría en su mentor. Graciela viajo a Juchitlan
donde inmortalizaría la vida de las mujeres zapotecas, sus tradiciones, su
forma de ver las cosas, es como haría su famosa fotografía “la mujer de las
iguanas”, fotografía que se convertiría en un símbolo popular, el trabajo que
ella hizo refleja la fuerza y la tradición de la mujer Zapoteca.
Dentro de sus trabajos hay varias
obsesiones, en una época de su vida se obsesiono con fotografiar angelitos
muertos, buscando en su mismo dolor y tratando de superar la muerte de su
propia hija, fue cuando en un panteón de Dolores Hidalgo se cruzó con el señor
de la muerte, el cual la impacto tanto que decidió dejar de tomar fotos de
angelitos y fue cuando decidió concentrarse en los pájaros, “los pájaros de la
vida”, los pájaros de San Juan de la
Cruz.
Las Emociones, sus emociones
también ha sido tema de su obra, otra de sus grandes obsesiones, tiene una
importante colección de sus autorretratos, llenos de realismo mágico, fotos que
le sirvieron como un proceso para entender sus estados emocionales.
Sin duda la obra de Graciela Iturbide esta llena de su propio ser y nos lleva su mundo emocional lleno de realismo mágico.
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